Guarda el nombre de este amor 

 

 

1.

Guarda el nombre de este amor

 

2.

Coplas montevideanas

 

3.

El ciervo herido

 

4.

Un Sócrates gitano

 

5.

No matarás

 

6.

Por los médanos blancos

 

7.

Prontuario popular de un uruguayo

 

8.

Muñeco de barro

 

9.

Primeras coplas

 

10.

La murga

 

 

 

 

 

 

 

 

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Guarda el nombre de este amor

Ya mi caballo pisa el Sol.
La Tierra se ha puesto azul.
Dame la espada y dame fe.
Esconde el llanto en el rocío,
que todo un pueblo va conmigo
y el rumbo es ancho como el mar.

Guarda el nombre de este amor,
enciéndelo en tu voz.
Que, como un faro, alumbre a los que van detrás.
No se dice a un hombre adiós,
si al alba ha de marchar
hacia horizontes de esperanza y libertad.

Si me tocara desmontar,
si me derrumban, al fin,
y todo empieza a oscurecer,
esconde el llanto en el rocío
que alguien vendrá a regar contigo
la flor futura de mi andar.


Guarda el nombre de este amor,
enciéndelo en tu voz.
Que, como un faro, alumbre a los que van detrás.
No se dice a un hombre adiós,
si al alba ha de marchar
hacia horizontes de esperanza y libertad.

Guarda el nombre de este amor...


Coplas montevideanas

Los toros no llevan poncho.
¡mamá!
La Luna no usa sombreo.
¡mamá!
El que la pisó de noche,
¡mamá!
pa' mí fue Pancho Marrero.

El que la pisó de noche,
¡mamá!
pa' mí fue Pancho Marrero.

El que se quemó con leche,
¡mamá!
cuando ve una vaca, llora.
¡mamá!
Yo, al ver sables y uniformes,
¡mamá!
me encajo, hasta aquí, la gorra.

Yo, al ver sables y uniformes,
¡mamá!
me encajo, hasta aquí, la gorra.

Pa' ser doctor, tenga mente,
¡mamá!
pa' ser guerrero, cojones,
¡mamá!
Pa' llegar a presidente,
¡mamá!
un tanque con dos cañones.

Pa' llegar a presidente,
¡mamá!
un tanque con dos cañones.

El mundo es una cebolla,
¡mamá!
hay que pelarlo llorando.
¡mamá!
Son nudos, que no son joyas,
¡mamá!
los que me adorna la mano.

Son nudos, que no son joyas,
¡mamá!
los que me adorna la mano.

Quien madruga, Dios lo ayuda,
¡mamá!
siempre que llegue primero
¡mamá!
y le pise la cabeza
¡mamá!
al que se quedó durmiendo.

y le pise la cabeza
¡mamá!
al que se quedó durmiendo.

Los monos a las palmeras,
¡mamá!
los sabios a la experiencia,
¡mamá!
que, pa' enderezar las cosas,
¡mamá!
sobran monos, falta ciencia.

que, pa' enderezar las cosas,
¡mamá!
sobran monos, falta ciencia.



El ciervo herido

Por ir tras de la huella
del
ciervo herido
me sorprendió la noche,
perdí
el camino.

Sólo corría el ciervo
por
los eriales.
Por
su costado abierto
manaba
sangre.

El ciervo, fatigado
buscó
las aguas.
Espinas
de su frente
lo
coronaban.

Se fue por la espesura
y oyó la selva.
Quedaban
, a su paso,
rojas las breñas.

Por ir de cacería
perdí
el camino.
Mi
pecho estaba sano
y
el ciervo herido.

!Ay! el ciervo herido

Como las azucenas
se
abría el alba.
Cuando seguí sus rastros
en la montaña.

Lo perseguí en las dunas
y en la marisma,
sin advertir el paso
del mediodía.

Del mediodía, del mediodía.

Detrás del ciervo herido
me halló la tarde.
El sol poniente, mi vida,
luna levante.

Luna levante.

Cerrado luego el día,
perdido el norte.
al cazador y al ciervo
cazó la noche.

el ciervo queda en salvo;
mi pecho herido.
¡Por ir de cacería,
gané el camino...! perdí el camino...!



Un Sócrates gitano

Aquí señores presente

este Sócrates gitano,

que se baña en aguardiente

y en olores de la gente

de los bares y los barcos.


Yo les vendo las verdades que aprendí en tantos caminos.

No hay más dios para la siembra que el sudor mojando el trigo.

No hay más hombres que los hombres que a otros hombres dan abrigo.

No hay más hembras que las hembras que amantan los paridos.


No hay más guerras que las guerras donde todos han perdido.

Y, allá vas, guitarra, envuelta en pañuelos colorados.

No hay más bocas que las bocas que a otras bocas han besado.

No hay más bocas que las bocas que a otras bocas han besado.


Aquí, señores, cantando,

con su garganta de barro,

este fiel, que reza en verso,

por las gentes que se visten

con el vino derramado.


El gusano que madura se convierte en mariposa.

El pintor con dos colores pinta el mundo y una rosa.

Y, el tirano, aunque se vista con sus galas primorosas,

tiene un árbol que lo espera con un nudo y una soga.


Poco a poco, siempre, arregla todas sus cuentas, la historia.

Y, allá vas, guitarra suelta, como un pájaro embebido.

Horizontes, siempre lejos, ¡hay mi dios! cuánto he vivido.

Horizontes, siempre lejos, ¡hay mi dios! cuánto he vivido.


Yo les vendo las verdades que aprendí en tantos caminos.

No hay mas hombres que los hombres que a otros hombres dan abrigo.




Por los médanos blancos

¡Madre!
Por los médanos blancos, viene bajando un carro de mimbre
¡Madre!
Por los médanos blancos han remontado tres barriletes
¡Madre!
Por los médanos blancos viene descalzo ese dios verde
¡Madre!
Por los médanos blancos sin decir nada, se fue mi padre
¡Madre!
¡Madre!
Me he vuelto viejo, me he vuelto viejo.